martes, 24 de julio de 2012

Dos días por la sierra del Caurel - 1ª parte

Puntualmente, a las 7,30 H de la mañana del pasado día 19, Alberto y yo salimos desde Pontevedra con dirección a Orense donde Eulogio Campos nos esperaba con el remolque de bicis preparado para proseguir la ruta de “acercamiento” al punto de partida de la 1ª etapa. Hicimos un rápido trasvase de las bicis y equipaje y después de despedirnos de Sicilia nos pusimos en marcha camino de Quiroga (Lugo). Mientras hacíamos camino, sobre las 10, 15 h., recibimos una llamada de Antonio Ventín, que nos daba cuenta de que ya se encontraba en Quiroga esperándonos (Él hizo el viaje desde Becerréa, donde se encontraba).

Sobre las 10,30 ya estábamos juntos tomándonos un nuevo desayuno que nos aprovisionase de fuerzas para afrontar el duro recorrido que nos esperaba. Dispuestas las bicis y los ciclistas nos dirigimos a San Clodio, por la carretera general que lleva a Monforte, la carretera cuesta arriba para ir calentando. Después de unos kilómetros dejamos la general y nos introducimos por una serie de carreteras secundarias, rodeados de vegetación lo cual hacía un poco más soportable el intensísimo calor que padecimos durante todo el día.
Después de dejar A Póboa de Brollón, a nuestra izquierda, llegamos a Estación y entre constantes subidas y las consiguientes bajadas para ir superando montes llegamos a Salcedo donde encontramos la primera fuente que os proporcionó otra dosis de “gasolina”; sin agua y cercanos a los 40º de temperatura la empresa era un calvario. Continuamos ganando altitud, pasamos por Parada dos Montes e iniciamos la última subida que nos separaba de Folgoso do Courel; en la base de la misma nos topamos con una casa rural y a su lado un bar; la señora (hablaba por el móvil) sentada en una silla de una terraza con mesas que había delante, -pensamos: “una cervecita, que bien nos va a venir”, más, nuestro gozo en un pozo; después de unos breves momentos, la “inclíta” hace una pausa en la conversación telefónica y nos espeta: - ¡Está cerrado!, comorrr, -si la puerta está abierta. Frustrados nos subimos a la bici y pedales hacia Folgoso, una buena cuesta de unos 3 km o quizá más. El calor se hacía sofocante, la vegetación desaparecía y la cuesta se tornaba infernal, sobre todo para Toñito que no se hidrató lo suficiente. 
Paramos en el único bar de Folgoso; pedimos unos bocatas pequeños ya que todos llevábamos alguna que otra barrita energética. No obstante el dueño del bar que resulto ser el conductor de una motobomba de bomberos, al que habíamos parado allá por la Puebla de Brollón para preguntarle sobre la ruta, se sorprendió de vernos allí tan pronto, y nos propinó unos bocadillos que era una barra de pan cada uno, descomunal cosa. Lo cierto es que allí se quedó la mayor parte del pan en tanto de que dábamos cuenta de repetidas Coca-cola´s y botes de Acuarius además de alguna que otra cerveza. En este punto yo estaba animado ya que sólo teníamos por delante la subida al Alto de O Boi y luego ya llegaba la bajada hacia Quiroga. 
Sobre las 15,30 reiniciamos la marcha y si, confieso que lo pasamos fatal. La temperatura, según el” Polar” de Toñito era de 43º; el aire no era tal, bocanadas de calor entraban en nuestros pulmones y nos asfixiaban. Ni una sombra durante los 10 km de subida, todo escarpado a ambos márgenes de la carretera. Cada uno hizo los últimos 5 km a su ritmo; en mi caso iba desesperado, delante, ansiando una sombra donde cobijarme, pero…, imposible, el Sol, implacable nos sacudía desde todo lo alto. Allá en la cima, un pino y…, una sombra; salgo de la carretera y me siento una rato. 
Una vez reagrupados nos tiramos hacia Quiroga, 10 km de bajada impresionante, el aire quemaba y yo me “cagaba” cada vez que tenía que frenar en alguna curva. Sinceramente pensé que el carbono de la rueda no llegaría intacto. Increíble la temperatura que cogen. 
Después de la ducha en el Hostal Quiper –una maravilla de orden, limpieza y habitaciones muy amplias, además del trato y facilidades para todo lo que nos hizo falta-, bajamos a tomarnos un refrigerio y despedir a Antonio quien se volvía a Becerréa ya que tenía “fiestorra” familiar al día siguiente. 83 km tiene el recorrido, sumamente recomendable para los que les guste la naturaleza en su estado más original y vivo.

 

4 comentarios:

  1. Muy bien Tino,falta el hundimiento del Toñitic.Un abrazo,Antonio Ventín

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  2. Los interesados ya tienen el vídeo de la 2ª parte de la etapa de Folgoso

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    1. Es una maravilla para el recuerdo.De todas formas has sido muy generoso conmigo por no sacar en el estado lamentable que llegué a Folgoso.Un abrazo,Antonio Ventín

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    2. Anda, quita, quita, para estado lamentable el mío en el Seixo.
      Salu2

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