Debido a la meteorología inestable de este mes, ayer- para no ser menos, no completamos la “parrilla” de salida. Éramos 9; entre ellos el “Gran Rocha”, quién últimamente no se baja de la bici con objeto de recuperar “la forma perdida”, F. Huelín que llevaba tiempo sin aparecer y Josiño que reaparecía tras afrontar la marcha de los Lagos de Enol, en los Picos de Europa donde dejó atrás a más de 2000 ciclistas de los casi 3.400 que había en la salida; por cierto, su hijo, Sergio, llegó en el puesto 28.
Iniciamos la salida con Rocha comandando el grupo. Cuando iniciamos la subida a Curro tuvo que escuchar los primeros “abucheos” que le dedicaba Alberto cuando aceleraba la marcha. Así las cosas y con una dinámica semejante; es decir, dejándonos querer por Rocha y alguna que otra “alegría” del Gaucho y menos de Isidro, enseguida nos plantamos en Barrantes. En el cruce del semáforo le digo a Vituco que se ponga a mi rueda ya que voy a lanzarlo para que dé “cera” en la subida; me dice, riendo, algo así como: “- joder, es que yo no quiero subir sólo”; la cosa es que cortamos al resto del grupo unos metros y los “gallos” se ponen nerviosos y la subida se “lanza” desde el primer metro. Al final del primer repecho duro ya van todos por delante, doy la vuelta para esperar a Alberto, el cual, ayer no tuvo su día; según él la culpa la tuvo Javi con quien hicimos este recorrido el pasado jueves y nos puso “las peras al cuarto”, tal que aún se estaba lamiendo las heridas provocadas y que todavía no estaban cicatrizadas.
Hasta dónde pudimos ver la subida iba así: Un primer grupo con Huelin, Vituco y Josiño, más atrás Isidro, Gaucho; Rocha iba descolgado y todavía, a más distancia, Eduardo y Tito. Los tres primeros coronaron en solitario y supongo que seguirían el resto del trayecto agrupados. A ver si nos lo cuentan.
En tanto, por atrás, yo no era quién de ponerle ritmo a Alberto y pasito a pasito completamos el primer tramo junto a Josiño que había dado vuelta a por nosotros. Un poco más tarde Tito hizo otro tanto, con lo que completamos la “jugada” que iniciamos en Barrantes para completar la “grupetta” que, en realidad, queríamos hacer.
Después de una lenta bajada continuamos viaje hacia Marín, donde somos alcanzados, en Cantoarea por Delfín, Mon y Moncho. A Alberto no hay quien le haga subir por el Pituco; proclamaba aquello de “antes muerto que apaleado”, por lo que damos vuelta por el centro de Marín y cogiendo la carretera vieja nos volvemos a la city.
En síntesis:
Josiño: sobrado anda el hombre, fino y con una excelente puesta a punto.
Rocha: paso a paso va acumulando kilómetros para que sus “plumas” de gallo vuelvan a brillar.
Isidro: “mandadiño” y sin dar guerra antes de la subida. También sigue completando su puesta a punto para el próximo mes de junio que tiene la competición de médicos en la modalidad de contrarreloj y en línea. Por cierto, lo que daría yo por ver un control antidoping a muchos de esos médicos que se van a acercar aquí, jeje.
Huelin: Digas lo que digas llevas kilómetros en las piernas para dar y tomar; como te dije, ese bronceado que no es de insoladora ni de cremas milagrosas.
Eduardo: Esas etapas de 190 km…, no estarás preparando un Ironman de esos?
Álvaro: después de un cierto bajón anímico vuelve a coger ganas de salir en bici y dar guerra.
Buena crónica de la etapa Tino.
ResponderEliminarUn saludo Eduardo.
Tras retroceder hasta Valboa para reagrupar al personal, coronamos en el campo de Golf todos excepto Tito que esperó en la fuente, y Alvaro que se dejó unos metros y no fué capaz de conectar bajando. Subiendo A Porteliña se nos unió Javier Mirón que venía al encuentro. Por la autovía relevos cortos y subida al Pituco tranquila a rueda de Vituco para no descolgar a Roi, entramos en Pontevedra por Campolongo en una bajada muy rápida comandada por Isidro. A los 7 min llegaron los pros. Total de mi cuenta 65 km a 26.5 km/h. Etapa corta y dura, buen entreno para el Cto de España del 17 de Junio.
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