Hoy domingo el grupo fue más numeroso que ayer, a saber: Isidro ya recuperado, Vituco que no trabajaba, Paco Lago, reaparición de Nando Huelin, Ferrito (nos dicen que estas dos semanas que no salió con nosotros estuvo “empujando” de lo lindo, algo que se le notaba como describiré más adelante), Ventín, Eduardo y yo.
Iniciamos la salida con tranquilidad llevando Isidro, Nando y yo el grupo hasta llegar a los Valos. Isidro pone ritmo en la subida llevándonos a todos a rueda, aprieta un poquito en el final, lo que hace que Toñito se despegue unos metros que recuperamos en un instante. Isidro se marca una buena serie en el llano, camino de Porriño, ideal para su entrenamiento. 27,3 m/h en la entrada de la rotonda de Porriño.
Subimos el alto del Confurco juntitos y en el llano, camino del cruce de Padrones, Isidro se adelanta un poco con Toñito a su rueda a los que se une Nando Huelín. Los demás vamos comiendo algo y observamos que se pasan el cruce y cogen el de Mondariz. Los demás seguimos la ruta buena pensando que darían vuelta en la rotonda, pero nada. Al cabo de un rato llamada al móvil de Ferrito, era Huelin que no entendía que había pasado; le dicen a Ferro que ellos continúan y subirán a Pazos por el cruce siguiente.
En tanto subimos observo que Ferrito lleva algo de prisa; como “viejo zorro que es” me doy perfecta cuenta de que no ha malgastado fuerzas y tiene como objetivo llegar al alto de Amoedo antes que los pros. Nos encontramos a media subida con Rocha que venía en sentido contrario, da la vuelta y sube con nosotros. En medio de la subida de Amoedo aparece el primer grupo de los pros –mal sitio me digo-, van a toda pastilla y ni me molesto en intentar coger rueda, cosa que hacen mis tres acompañantes. Ferro y Rocha se unen a los primeros y Vituco coge la rueda de Eduardo (profe) que se queda cortado. Por atrás me alcanza Maga, con el que sigo viaje y entre relevo y relevo cogemos a Eduardo y a Vituco; en este punto yo ya había “quemado todas mis naves” y, como siempre, me descuelgo en los últimos metros de la subida a Figueirido, hago el resto del recorrido en solitario y me quitan unos 15-20 sg. en la llegada. 28,6 km/h.
Poco a poco empieza a llegar gente descolgada de los pros, las caras, un poema. No hay piedad en este grupo. Poco tiempo después o hacen nuestros 3 amigos "perdidos": Isidro, Nando y Toñito.
P.D. Alguien se ha dejado unas gafas marca “Goka” en las escaleras de la Diputación; mañana las llevaré a la tienda de Ojea para que su propietario pueda recogerlas.
Iniciamos la salida con tranquilidad llevando Isidro, Nando y yo el grupo hasta llegar a los Valos. Isidro pone ritmo en la subida llevándonos a todos a rueda, aprieta un poquito en el final, lo que hace que Toñito se despegue unos metros que recuperamos en un instante. Isidro se marca una buena serie en el llano, camino de Porriño, ideal para su entrenamiento. 27,3 m/h en la entrada de la rotonda de Porriño.
Subimos el alto del Confurco juntitos y en el llano, camino del cruce de Padrones, Isidro se adelanta un poco con Toñito a su rueda a los que se une Nando Huelín. Los demás vamos comiendo algo y observamos que se pasan el cruce y cogen el de Mondariz. Los demás seguimos la ruta buena pensando que darían vuelta en la rotonda, pero nada. Al cabo de un rato llamada al móvil de Ferrito, era Huelin que no entendía que había pasado; le dicen a Ferro que ellos continúan y subirán a Pazos por el cruce siguiente.
En tanto subimos observo que Ferrito lleva algo de prisa; como “viejo zorro que es” me doy perfecta cuenta de que no ha malgastado fuerzas y tiene como objetivo llegar al alto de Amoedo antes que los pros. Nos encontramos a media subida con Rocha que venía en sentido contrario, da la vuelta y sube con nosotros. En medio de la subida de Amoedo aparece el primer grupo de los pros –mal sitio me digo-, van a toda pastilla y ni me molesto en intentar coger rueda, cosa que hacen mis tres acompañantes. Ferro y Rocha se unen a los primeros y Vituco coge la rueda de Eduardo (profe) que se queda cortado. Por atrás me alcanza Maga, con el que sigo viaje y entre relevo y relevo cogemos a Eduardo y a Vituco; en este punto yo ya había “quemado todas mis naves” y, como siempre, me descuelgo en los últimos metros de la subida a Figueirido, hago el resto del recorrido en solitario y me quitan unos 15-20 sg. en la llegada. 28,6 km/h.
Poco a poco empieza a llegar gente descolgada de los pros, las caras, un poema. No hay piedad en este grupo. Poco tiempo después o hacen nuestros 3 amigos "perdidos": Isidro, Nando y Toñito.
P.D. Alguien se ha dejado unas gafas marca “Goka” en las escaleras de la Diputación; mañana las llevaré a la tienda de Ojea para que su propietario pueda recogerlas.
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