En la bajada de Pazos a Mondariz surge un- que ahora nos enteramos, malentendido; el caso es que Burgos no se encontraba bien y al llegar al llano no aparece; paramos y entendemos que había dado vuelta, Isidro hace lo propio y nos dice que se vuelve con él. El tema es que había hecho una “paradinha” para orinar y a continuación los dos completaron el recorrido en solitario. ¡Una pena!
Dado que los cinco que quedábamos íbamos bien avenidos, subimos Moscoso a un ritmo que nos puso Tito, de los de “sin prisa pero sin pausa”. En mitad de la subida nos jauparon los de las 9:30 que iban “ciegos”; iban unos diez más o menos. En el llano de Festín y contra el viento, Tito nos marcó una “seriña” la cual hizo que a Ferrito le temblasen los empastes. Sin más novedades y contra el viento que empujaba fuertemente en contra en el tramos Arcade-Pontevedra completamos la faena dominguera.
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