Después de incontables días de lluvia, los dioses nos
regalaron un inesperado domingo soleado aún cuando la temperatura sigue
manteniéndose baja.
Mucha gente en el grupo de las 9:00; algunos no nos veíamos
las caras desde hacía más de un mes pero nos unía el deseo de hacer la ruta del
Sol sin la machacona persistencia de la lluvia.
Echamos de menos, en la salida, al “Guía Espiritual del
grupo”. No obstante sus enseñanzas no fueron vanas y entre que la gente estaba
falta de entreno y quizás, después de tanto tiempo, el que más y el que menos
se conformaba con hacer una ruta de amigos y sin sobresaltos.
Salida suave, de precalentamiento, alguno haciendo un
croquis de la situación, por aquello de dónde me coloco en el grupo y esas
cosas. Llevábamos cuatro “gañanes” de corpulencia considerable y era menester
coger una rueda adecuada para protegerse del viento y ahorrar todo lo que se
podía. Así las cosas, poniendo ritmo en el llano (Rocha, Balea, Javi y José
Manuel –creo que así se llama-) fuimos haciendo camino el grupo unido ya que en
los repechos se levantaba el pie lo suficiente para que nadie sufriese más de
lo necesario. Alberto, erigido en capo, se encargaba de marcar el ritmo en ese
terreno para disgusto de Josiño, quien no acertaba a entender como un veterano
de esa edad pudiese andar con tal soltura.Se hizo una buena serie en A Lanzada, protegidos los más flojos en fuerzas, con los cuatro mosqueteros, “Bestias pardas”, me dicen. Uno de los más resabiados iba tapado como “puta por rastrojo”; no sabe nada el “pavo”.
En la rotonda de O Grove, Paco decide dar la vuelta en tanto que los demás nos adentramos en a illa de A Toxa. Nueva serie, de vuelta, en A Lanzada y como suele acontecer, la gente de forma equivocada cree que es más importante meterse bien a rueda cuando el viento viene en contra cuando lo realmente complicado es seguir al grupo en largas rectas con el viento a favor; aquí como no vayas “al loro”, los rodadores pueden hacer más de un “roto”. En este terreno, -me cuentan más tarde- parece que Eduardo perdió rueda y no consiguió entrar. Josiño, mientras tanto hacía ímprobos esfuerzos para seguir en el grupo (Sin duda es el que tiene menos entreno) y a pesar de los esfuerzos de Javi por tratar que siguiese en el grupo se descuelga del mismo allá por Montalvo ya que prefiere terminar a su ritmo los últimos kilómetros. Balea en este tramo y hasta Sanxenxo es el que comanda el grupo que, ahora, viene con Moncho Jácome desde poco después de A Lanzada, mientras nos cruzamos al numerosísimo grupo de las 9:30 que también iba compacto.
En la entrada de Sanxenxo alcanzamos a Paco, quién tampoco está por la labor de meterse en el grupo y continúa tranquilo a su ritmo.
Javi nos mete una buena serie desde el mirador de Sanxenxo
hasta el pie de Areas y aquí dejan que sea Alberto de nuevo quien marque el
ritmo de subida, menos mal; de otra forma llegarían cinco.
Desde Raxó hasta Pontevedra se pone el ritmo más exigente, a
mi modo de ver. Es Javi, quien relevado por Moncho, no nos da respiro.
Encaramos la subida de Poio y ahora es Rocha el que da la orden: ¡Como amigos! Y
de esta forma llegamos a la Alameda con unos 29 km/h.
Sabemos que el “Guía Espiritual” hoy eligió el grupo “puntero”.
Sin duda lo merece, pero también debe saber que será bienvenido cuando tenga a
bien darse una vuelta por junto a los desvalidos.
Ya se echaba de menos las crónicas en el blog
ResponderEliminarMuy buena crónica tino
Siento no haber madrugado.... Hacía mucho frío y salí màs tarde, me cruce con vosotros en Combarro cuando ya estabais llegando a casa. Ahora con el whatsapp será difícil mantener activó el blog..... Pero se agradece el trabajo.. Gracias Tino
ResponderEliminarx Fernando. Gracias a ti y a Nico por la atención prestada al amigo común.
ResponderEliminarSalu2
Perdí rueda porque no podía más,llevaba dos meses sin tocar la bici y vaya si se nota , a todo esto engorde cinco kilos.
ResponderEliminarUn saludo.
Eduardo
le comenta el marido a la mujer : Yo de pequeño le tenía miedo a la oscuridad y ahora de mayor le tengo miedo a la luz.
ResponderEliminarx Eduardo. Pues tranquilo, está bien reponer fuerzas en invierno. Ya vendrá el tiempo de "gastar".
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