El reencuentro

Tras 3 semanas de mal tiempo, por fin nos reencontramos en una salida colectiva en carretera. Fue agradable vernos las caras, sobre todo a gente con la que, en algunos casos, hacía ya más de un mes que no coincidíamos, tal es el caso de Vituco. Cabe destacar, también, la presencia de Eladio y Josiño; el primero recién operado de una rodilla con rotura de menisco y cruzado anterior (este lo ha dejado sin arreglar) y dando pedales el tío. Josiño se operó de un ojo y más de lo mismo y el tema es que los dos andaban de cohones, con lo que se deduce que se pusieron a hacer los deberes (entrenos) todavía con más antelación. En la salida unos 13/15 ciclistas, tres de los cuales no eran conocidos para mí aún cuando creo haber coincidido con alguno en otra ocasión. Estaba Luis de foto Olimpio (creo que ese es su nombre) y echamos de menos a Rocha quien nos acompañó en bastantes ocasiones durante el invierno. Con respecto al recorrido no hay mucho que comentar, la tónica fue siempre la misma. Javi puso el ritmo durante todo el recorrido, apartándose de la cabeza en las subidas para que Eladio, Luis o Tito le tomasen el relevo. Pronto empezó el desafío que Javier Mirón y Javi entablaron de cara a la recta de A Lanzada; este último le decía que lo iba a dejar, en tanto que el primero decía: “Hacía el Grove mira (le hacía la peineta con el índice de la mano dcha., y a la vuelta (le enseñaba los índices de ambas manos). Tras un susto que nos dio Isidro cuando iniciábamos la subida a Raxó (se le fue el pié de una cala y creo que se estabilizó rascando con la zapatilla el suelo, siguiendo como si tal cosa) en el preciso momento que nos estaba adelantando un coche, nos pusimos en Villalonga y muchos pendientes del duelo que iba a producirse. Antes de comenzar la bajada ya observo que Javier Mirón se mete a rueda de Javi, no había manera de sacarlo de ese sitio. El primer andanazo se produce nada más pasar la primera rotonda. Salen como flechas. Javi, de izquierda a derecha para intentar que Javier M. quedase a merced del viento. Observamos unos 3 o 4 intentos, pero no hubo manera. Mirón “cosido” a su rueda aguantó como un jabato. Eso si, allá por la gasolinera me confesaba con la respiración todavía agitada: “creo que dejé las piernas arregladas para el resto de la etapa”. Seguimos camino hacia A Toxa y Paco Lago e Isidro, no sé si alguno más, dan la vuelta. Los demás encaramos hacia San Vicente sin sobresaltos, esperando a ver que sucedía entre los dos “gallos”, otra vez en A Lanzada. Llegados a este punto, nada más salir de la primera curva que la encara, Javi no pierde el tiempo y manda un arreón, duro y largo hasta la primera rotonda con J. Mirón pegado como una lapa. Se toman un descanso y al rato nuevo arreón y esta vez, definitivamente, Javier M. ya no puede responder, en todo caso hay que concederle el mérito que tiene al aguantar lo que aguantó dada la diferencia de edad. Como diría Alberto: “Aguantar tales vergallazos no está al alcance de cualquiera”. Sin otra cosa reseñable y a excepción de Eduardo -me cuentan que se quedó en la zona de Areas (ya empieza a coger forma)- seguimos juntos hasta Samieira donde Tito se apartó para subir hasta A Escusa (va sobrado el pavo) llegamos juntos, mientras en repetidas ocasiones oía decir: “Esto si es una peña, esto…”. Comentar que ninguno de los tres nuevos ciclistas que citaba al principio dio la nota, se acomodaron al grupo y dejaron hacer; nada de correr al ataque, esto quedó para el grupo de los Pros del que me dicen que en la subida a Raxó se descompuso la carrera. Se fueron Javi (Biciocon), Nico, Pablo y Mon y los demás no les vieron el pelo hasta el Grove; más tarde, a la vuelta, creo que pasó algo parecido. A ver si alguien nos lo cuenta en detalle.

Saludos