Una de las mañanas más frías del año. Superábamos las 20
unidades, entre los que estaban un par de ciclistas a quienes no había visto
hasta el día de hoy.
Salimos con 4´ de retraso al haber esperado a Alberto.
Reconozco que en el momento de la salida todavía no se le veía al fondo de la
calle Michelena por lo que debió juntarse con los últimos, supongo.
Se hace la subida de Poio a ritmo, al menos eso me pareció,
aunque Berto me culpabilizó de que íbamos muy rápido. Más bien creo que él
llegaba justo de la cama en tanto que los demás ya llevábamos unos minutos
dando vueltas de aquí para allá y teníamos las piernas ligeramente más adaptadas para salir.
El grupo es conducido por Rocha, Eduardo y Javi. Al entrar
los tres al relevo hacían que el ritmo fuese constante pero rápido; no había
sobresaltos pero tampoco parones. Está dinámica, parece ser, provocó que Berto
se “chinase” y nos mandó al lugar que ya supondréis allá por Combarro, según me
comentó Vituco cuando coronábamos el alto de Raxó. En ese momento y en lo que a
mi respecta, dejé de dar pedales un rato mientras discernía entre quedarme o
seguir mientras echaba un vistazo hacia atrás y veía que Javi se descolgaba, no
sé si para traer hacia adelante a alguno que venía descolgado o tal vez porque,
también él, oyó lo de Alberto. Al final opté por continuar con la idea de
“recogerlo” a la vuelta, ya que varios de nosotros regresaríamos desde A Toxa.
Sin nada reseñable que relatar encaramos A Lanzada sin
sobresaltos y nos ponemos en O Grove. En la rotonda de entrada a la localidad
dan vuelta Pablo Pardilla (quería ir hasta el Lago de Castiñeiras para ver las
pruebas de ciclocross), Miguel G5 e Isidro. El grupo, al completo, toma hacia
Toxa, dónde Tito y yo paramos un instante para aliviar penas. El resto del
grupo continúa la marcha hacia San Vicente y nosotros “recogemos” a Nando
Huelin y a Álvaro que nos estaban esperando en el puente. 32 km/h.
Hacemos el camino de vuelta entrando a relevos los cuatro.
En la rotonda que lleva hacia San Vicente vemos a Berto -30 m, no más-, le
gritamos para que dé vuelta con nosotros pero ni caso nos hace, todavía sigue
“hinchado” y se dirige hacia aquella localidad, seguramente, por lo “bajines”,
mandándonos a freír espárragos.
Allá por Montalvo alcanzamos a Miguel G5 e Isidro, quienes
iban acompañados de Toñito, a quién, por lo visto le habíamos pasado en plena
recta de A Lanzada cuando nos dirigíamos hacia o Grove. La verdad es que la
tensión que se crea en ese punto hace que no mires para otro lugar que no sea
la rueda trasera del que llevas delante. Miguel coge nuestra rueda en tanto que
Toñito e Isidro siguen a su ritmo, disfrutando de la mañana, ahora que el Sol
calentaba más.
Sin más consideraciones llegamos a PO con 30,2 km/h de
media. Tras varios minutos de espera, demasiados a mi entender, llegó el resto
del grupo. Visiblemente molestos, nos cuentan que tuvieron problemas. El
primero en la subida del acuario, dónde un coche embistió, por detrás, a
Eduardo (Montecelo), -afortunadamente no hubo consecuencias físicas que
lamentar-. Se paró todo el grupo con la excepción de un componente; enderezaron
como pudieron la rueda para que Eduardo pudiese seguir (Por cierto, Eduardo,
uno de los ciclistas nuevos que vinieron con nosotros tiene una fotografía del
coche por si la necesitases con el tema del seguro).
Retomada la marcha, en la última subida de San Vicente, Javi
rompe un radio y nueva parada cuando, al parecer, tenían a la vista al ciclista
que se había ido. De nuevo el grupo pone ritmo de persecución y sin que nadie
se quedase tirado dan cuenta del escapado en la subida al Zoo de Sanxenxo.
Juntos encaran la subida a Poio y el ciclista “no mencionado” –no era Eladio; lo apunto para los
malpensados, hoy iba con los de las 9:30- se mete para Campelo con la
consiguiente indignación (sic) de los que en la Alameda hablaban del tema.
Si es que algunos no terminan de entenderlo, lo decía el
otro día; hoy voy a ponerle números para que sea más fácil: en este recorrido
nadie que no sea capaz de hacer en solitario una media cercana a los 34 km/h en
los últimos 30 km está kaput contra un grupo con Balea, Rocha, Javier
Mirón, Eduardo, Eladio y sobre todo, Javi. No es necesario decir que pasaría si
los mencionados se dedicasen a ir a rueda en vez de ir tirando. Por otra parte,
tampoco entiendo la “inquina” que ese chico cogió al grupo por un rifi-rafe verbal de tres al cuarto . Coño, con todas las cosas serias a las que
debemos atender todos los días. En fin…
Dar grácias a todos los que me esperasteis tras el incidente,realmente la cosa fué que el paisano no respetó el stop y según dice le deslumbró el sol, me cogió de lado y por la parte de atrás ya que traté de esquivarlo abriendome hacia la izquierda.
ResponderEliminarTomé los datos y no no creo que haya problemas,el que sacó la foto le agradecería que la guardara por si las moscas, gracias.
Un saludos a todos Eduardo.
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Gracias Javi, que bo chaval eres.
ResponderEliminargracias vituco que GRANDE eres je je
Eliminarjavi