martes, 4 de septiembre de 2012

Domingo, 2

Salida puntual del grupo “híbrido” con unos 15 componentes incluida Raquel. Rocha comanda el grupo camino de Marín a ritmo de calentamiento (rápido pero sin “ahogar”), nos acompaña Nico un rato y en Marín recogemos a Burguiños.
La subida de las playas se hace rápida y camino de Seixo ya se va a toda mecha. A poco de iniciar la bajada se escucha un fuerte ruido de reventón de una cámara seguido del consiguiente aviso de pinchazo; brevés segundos después un nuevo ruido, el clásico de enganchón y caída. Tras parar nos percatamos de la situación; Paco Lago está tendido en el suelo, un poco conmocionado, la parte trasera del casco destrozada y algunas erosiones visibles en la rodilla. El tema fue que aa bueno de Eladio le rompió la banda de frenado de su rueda lo que originó el consiguiente reventón de la cámara; mientras íbamos frenando, parece ser que Paco giró la cabeza para ver lo que pasaba y tocó la rueda de Rocha que le precedía y se fue al suelo. Lamentablemente ninguno de los dos pudo proseguir la marcha y tuvieron que llamar para que les viniesen a recoger.
Reanudada la ruta se sube a Beluso a buen ritmo. A mitad de la subida nos encontramos con un “socio” de Bueu, el cual, hace un tiempo, ya nos propinó una dura paliza en el mismo lugar y vuelve a hacer lo mismo para después pararse nada más llegar al alto. Escuchó reprobaciones de todos los tipos, ninguna agradable, naturalmente.
La subida a Cangas fue dura, dura. No vi quién o quienes tiraban del grupo ya que tuve bastante con agarrarme a la rueda de Raquel en los últimos metros –si dura 50 m más no lo hubiese contado, P*** manía de tensar en las subidas y parar en el llano-.
Bajamos hacia Cangas como locos, serpenteando coches y semáforos al igual que en Moaña; creo que en esta localidad se quedaron cortados unos cuantos, algunos de los cuales volvieron al grupo, en tanto que Berto, Raquel y un conocido de Burgos no lograron hacerlo. Subida hacia Domayo otra vez tensadita y parón en la cima. Hacia la mitad de la subida de Santa Cristina, Burgos da vuelta para recoger al grupo de Berto, en tanto que Tito y yo esperamos en la cima donde aprovechamos para aliviar.
Hacia el final de la Canicouva nos pasa Pablito, pocos segundos después Pablo Pardila y Nico, luego Mon y ya en la cima Ojea, Miguelito y Moncho.
Para terminar no puedo resistirme a comentar, y van…, la forma dispar que tiene la gente de tomarse la jornada del domingo. De los compañeros ex-pros, algunos, como Rocha se esfuerzan en que hagamos grupo; Isidro, Vituco, Josiño que iban sobrados tuvieron un comportamiento correctísimo, Ferrito se picaba por hacerlo subir rápido –supongo-, y no paró de hacer series en el terreno llano. ¡Ay!, por qué algunos no cogerán ritmo de salida y se van a su vida en vez de ir sembrando la carretera de domingueros desperdigados? ¿Tendrá morbo la cosa?

No hay comentarios:

Publicar un comentario