Domingo de dolor

Este, en otra hora, denominado grupo de las 9:00; más tarde mudó a lo de “grupo híbrido”, ahora podría denominarse “Unidad de recuperación móvil para enfermos, revenidos de vacaciones y quebrantados de los Pros”.

En la salida cabía destacar la vuelta de Nando Huelin, Raquel, Javi (hijo de Tito) y otro compañero que habitualmente acompaña a los pros en la ruta del Sol.

La salida es fulgurante, se va a toda mecha, Rocha empieza a mandar esos “bielazos” que lo han hecho famoso y Javi se pone a “tono” en un momento. La subida de San Vicente se vuelve un tormento para las piernas de muchos –entre los que me cuento-, pareciera como si más de uno llevase un precalentamiento de rodillo o kilómetros previos, ya que no hubo tregua. Paso en un momento a la cabeza del grupo y le recuerdo a Javi que no se emplee en la forma que lo está haciendo y que recuerde que aún está convaleciente, lo cual no podría ser bueno para su salud, ni para la mía, claro. xD

Conseguimos llegar juntos al alto y luego la cosa fue llevadera ya que el terreno lo propiciaba. En la bajada de Barro, alguien indica con la mano el cruce a Perdecanay, pero nadie hace caso y continúan rumbo a Caldas, excepto el que escribe que toma hacia Moraña. Craso error, voy sólo y camino de Cuntis hago cuentas de la equivocación. Sin duda el grupo iría como un avión hacia Caldas y yo perdería toda la ventaja de algún km menos, como así fue.

Justo cuanto comenzaba a subir los 60 m que me enlazaba con la carretera que viene de Caldas, atisbo a un grupo muy numeroso que baja a toda pastilla camino de la entrada de Cuntis; diviso el maillot de Álvaro y me digo: “jur, la multiplicación de los peces”. En tanto que salgo a la carretera principal ya me comen unos 70 m. Me afano en hacer un último esfuerzo y merced a que el grupo levanta un poco el pie, en el semáforo, adelanto al coche escoba del grupo “Rodas” de Vilagarcía y me meto a rueda. Sorpresa para muchos de los compañeros: -¿De dónde sales?, “Tú estuviste en Toledo” –por lo de las navajadas-, etc. -¡Ay! Si supierais que hice tres meses de servicio militar en la Academia de Toledo…, que me vais a contar del acero toledano que no sepa.

En la recta de la Anllada el ritmo es fulgurante, alguno del Rodas pegando fuerte, jaleado por alguno de sus compañeros, le entran al relevo Isidro y creo que Vituco de cuando en vez.

Al final de la recta de la Anllada, doy vuelta; afortunadamente hoy tenía que estar pronto de vuelta en la city; también lo hacen Javi y Fernando; en ese momento me dije: -bueno, al menos no volveré sólo. 29,20 km/h llevaba yo y 30,5 km/h marcaba en de Huelin.

Poco duro la alegría. Empezada la recta nos pasa un joven con una BH; no dice ni “mu”; nos saca unos metros y le digo a Javi que nos lleve a rueda, el caso es que no se queda ahí, mete una “seriña” y el chaval se queda; lo llevamos detrás a unos 200m en tanto que cruzamos a Eduardo (Montecelo) y un poco más atrás a Paco, Raquel y Luis –conste que noté vuestra cara de asombro cuando me visteis-. Fernando propone que tiremos hacia Moraña y que subamos a Campolameiro, algo que hacemos ya que íbamos bien de tiempo.

Aproximadamente a 1,5 km de alto de Agueiros nos sobrepasa el chaval de la BH; plato cargado y nos quita unos metros en un pis-pas. Me vuelvo a Javi y, olvidándome de su convalecencia le pregunto: -¿Aguantas un km?; me da su aprobación, sube el plato y arranca pegándole una pasada inmisericorde al de la BH, en tanto, atrás, creo que fue Nando, ¿no?, unos gritos le llegaban al joven: - ¡Cóllelle a rodiña, cóllelle a rodiña!. En el alto Javi espera un rato y en la bajada damos cuenta del ciclista y ya no volvemos a verle.

Bajando “A Piolla”, Nando de nuevo indica que vayamos por el puente nuevo. Otro error; yo sabía que Javi nos iba a poner finos en el tramo que va pegado al río hasta Pontevedra, por lo que me afano en salir pegado a su rueda después del puente; sin embargo en uno de los últimos lombos pierdo rueda, -Joer, es que este hombre no le tiene cariño alguno a su bici.

Me cuentan que la subida a A Estrada cada quien fue a su ritmo y que reagruparon arriba para seguir juntos, (A ver si alguien nos describe lo que pasó después”. También me dicen que “Ventinciño” iba por delante; desde aquí te digo que para la próxima vez me avises que más de uno te acompañaremos.