Grupo de las 9:00 o de los "Re-venidos"

No conté cuántos éramos, más de quince, en todo caso, pero en el grupo había una buena cantidad de ciclistas que habitualmente salen con los pros. En la salida le digo, irónicamente, a Isidro que pasé lista ya que se “había colado” demasiada gente en el grupo; argumentaban casuísticas distintas, pero se me antojaba que el cambio de la Ruta del Sol a la primera etapa con dificultades algo tendría que ver.

Iniciamos la salida a buen ritmo desde el primer momento. Allá por el cementerio de Arcade toma la cabeza del grupo Eduardo, el cual incrementa el ritmo en cabeza hasta el llano que hay antes de la subida hacia el Castillo; como quiera que escucha alguna queja, me dice que pase delante y que ponga yo el ritmo. Después de sobrepasar el Castillo y empezar la subida trato de seguir con la marcheta pero es inútil; la gente va nerviosa y empieza a pasar uno aquí, y tras él, otros por allá… La ascensión se hace durilla y se le atraganta, particularmente, a Javier Mirón ya que no es su terreno; me quedó un poco atrás y haciendo la goma llegamos al grupo; Isidro le “tiende” una mano, otros le mimamos un poco para que piense en otra cosa y sin perder ni un elemento llegamos a la cima y aquí el ritmo ya se pone serio.

Hacemos el descenso de Pazos y justo en las primeras casas del llano pincha Paco Lago. Nos detenemos todos con la excepción de J. Mirón que va haciendo camino por aquello de la subida de Mondariz a Moscoso. Tardamos cinco minutos o quizás más en cambiar la cámara –vaya gomas duras que usas, Paco-.

Reanudamos la marcha y Gaucho es presa de un loco frenesí, -iría pensando en las juntas tóricas, me digo-, la cosa es que impone un ritmo fortísimo camino del cruce para Mondariz, ni los llanos ni los repechos le hacían mella; iba desbocado, como un caballo sin freno. Tal fue así que llegado al cruce, se cuela llevando a rueda a Vituco. Le llamamos a grito pelado, Vituco replica las voces, pero nada…, tarea imposible; va ciego y…, sordo, quizás?

Seguimos camino hacia Mondariz, me pongo delante desde el cruce hasta empezar la subida a Moscoso, allá después de pasar el puente del ríocon objeto de poner ritmo; de nuevo es inútil. La gente se pone nerviosa y me sobrepasan por un lado y por otro. Un poco pone ritmo uno, luego otro, luego el de más allá, etc. El tema es que se sube a 18-19 km/h; la gente empieza a desparramarse a lo largo del calvario, digo, subida. A media cuesta damos alcance a Javier M., se iba fuerte, ya no sé quién venía ni quién se quedaba; Tito decide abrir el bloc de su lista negra y también nos propina unos buenos acelerones, no hay descanso. Decidimos reagrupar en la fuente. Balea prosigue la marcha y al cabo de dos o 3 minutos va llegando la gente; en tanto lo hacen, Josiño, nos llama globeros a todos, se incluye él, menos a los dos jóvenes. No le falta razón.

De nuevo juntos, reanudamos la marcha y, a unos 200 m del alto, nos sobrepasan Delfín, Pablito y Sergio quienes suben a toda mecha. En el llano nos topamos a Juanito Sokoa que viene en sentido contrario y se une a nosotros.

Seguimos en grupo hasta Pazos de Borbén; al pasar el colegio nos alcanza Mon, quien nos pregunta por el tiempo que pueden llevarle los tres antes mencionados, le decimos que no le es posible que los coja, ya que con el viento del Norte y relevando como iban, no habría forma de hacerlo.

En la tachuela de Amoedo, no recuerdo por arte de quién o quienes, el grupo se rompe definitivamente. El ritmo es tan fuerte que tan sólo unos 8 conseguimos llegar juntos al alto. Se queda Isidro por algún problema y la mitad de la flota. Ya nadie mira hacia atrás; vemos a Mon en una de las contracurvas del último repecho y decidimos llegar a su altura, algo que no representa demasiado trabajo ya que se le nota muy castigado por el trabajo que hizo en solitario.

Bajada rápida hacia Arcade y ya en la N-550, Mon que recuperó en la bajada, arranca la moto y nos propina una serie de las suyas, alcanzamos a Balea y a Toñito en Paredes. Después de la subida de Saturday el grupo sigue unido, pero a unos 100 metros del alto de Figueirido Tito me dice aquello de “hasta aquí he llegado”, le animo para que aguante pero no puede; remonto hasta la cola del grupo y observo que Burgos, Eduardo y J. Mirón ceden unos metros, me pongo delante y les digo que sigamos que ya estamos arriba, no obstante se produce un sprint de Javi por un lado y Vituco por el otro que sacan a Mon y Juanito de la cabeza, llevando a rueda al otro joven -no sé su nombre-. Los tres se van delante y a unos metros les siguen Balea, Mon y Juanito. Se juntan pasada la Mercedes pero nosotros no somos quienes de acercarnos siquiera.

Media horaria de 29,5 km/h.

Notas:

- Alberto, el personal pide a gritos que vuelvas, no hay quien ponga orden en el grupo.

- Álvaro volvió con el “grueso” de los Pros.

- A los revenidos: creo que podréis ir tranquilamente con parte de los componentes de las 9:30. Si alguno quiere salir a las 9:00 que lo haga pero, una de dos, arrancad y haced vuestro camino o bien adaptaros al ritmo del grupo; cualquier otra cosa es malmeter y a la postre siempre pasa lo mismo, dejamos a gente en la estacada, algo que no es la “filosofía” de este grupo, o eso creo yo, aunque también es posible que esté equivocado.