Xoves, día 8: MONTAÑA

La verdad es que no pensaba escribir nada, pero deduzco, por los comentarios, que el personal anda ávido de literatura, procedo a dar cuenta del recorrido de hoy, alterado sobre la marcha para la mayoría pero que iba bien definido en la cabeza de Javierito.

Nueve colegas en la salida; Álvaro luciendo una flamante bicicleta 29er, si, de esas que ahora están tratando de ocupar un espacio en las mountain-bikes, llevan ruedas de 29 pulgadas contra las 26 de las habituales, lo cual hace que “columpie” las piedras con mayor facilidad. También volvía Balea, al cual hacía más de 8 años que no le veía en la bici de montaña.

Coincido con Eduardo en que el nuevo “routier” nos metió una encerrona de cohones; tres horas y media por el monte lo que se tradujo en 50.5 km a una media cercana a los 16 km/h, lo cual refleja la dureza del recorrido. Para calentar nos llevó hasta el hipódromo de Campaño por un camino de tierra que nos calentó para afrontar la dura subida hacia el Castrove; una vez arriba bajamos por “Emprendedores” donde unas motos que subían monte a través causaron un momento de peligro, no obstante el primer motorista avisó a sus compañeros de forma que los pobres hicieron una montonera del carajo, ya que tuvieron que detenerse en una pendiente de la leche y no paramos a ver como salían del atolladero. Una vez que llegamos a la pista de los “petroglifos” tomamos a la derecha para bordear de nuevo el Castrove, desde la cara de la Armenteira hacia la Escusa (buena subida para acabar de macerar), pero aquí no termina la cosa. Una vez arriba y reagrupados tomamos la pista principal con dirección Sabarís por lo que encaramos el descenso correspondiente para después girar a la derecha y dirigirnos de nuevo a Campaño (Josiño iba tan despistado después de tantas vueltas que pensó que estábamos por la zona del Acibal, ¡Lo que hay que ver!). Nos esperaba aún un buen recorrido por zona de tierra húmeda y una trialera en subida, donde se produjo "a deitada" que acabó con los huesos de Álvaro y Vituco en el suelo (la culpa de los dos, de Álvaro por no llevar la correspondiente distancia que en este tipo de zonas hay que dejar al que va delante y de Vituco por no apartarse de la trazada buena a toda leche cuando se echa el pié a tierra), así que “ajo y agua” para ambos.

Una vez en Campañó hacemos la bajada por dónde subimos para llegar a “los pollos”, enfrente de la gasolinera de Campañó donde lavamos las bicis.

He de destacar el comportamiento de Burguiños que aguantó de forma estoica la barbaridad del recorrido; también he de decir que al routier (Berto) pocos gracejos le oí hoy. Toñito (tenía entendido que no podía salir) se comportó con total dignidad, sobre todo después de la primera subida, aunque adivino que también quedó hasta los huevs como todos; a Javier he de decirle que ya me las pagará por preparar esta encerrona, aunque tal vez pueda condonarlo por una birrita mañana, jeje.
P.D. Con respecto al vídeo se han desperdiciado un montón de imágenes al ir colocada la cámara demasiado baja para los grados de apertura que permite y habría que poner guardabarros a la rueda trasera ya que el barro llega a obturar el objetivo.