Normalmente, cuando me siento a relatar lo acontecido en una etapa, suelo tardar breves minutos y voy juntando las palabras sin más problemas. Sin embargo, he de confesar que hoy, aún a estas horas no sé enfocar el contenido que he de darle.
De antemano sabíamos, algunos, que Manolo Ojea iba a venir con nosotros para hacernos un reportaje a lo de las 9:00, aprovechando el corto recorrido previsto por mor de la Feira Franca que se celebró ayer. Los que no lo sabían se enteraron en la salida, donde Manolo nos propuso una alteración del recorrido que consistía en coger la carretera de Caldas, para coger el cruce de “Casa Florita” y de allí retomar hacia Mosteiro y la Armenteira.
Estábamos los habituales sin Ventín y Huelin junto a Balea, Rocha y Vituco, que reaparecía. El Gaucho me prometía que hoy iba a tener que escribir, era como una amenaza velada. Iniciamos la salida y al llegar a la rotonda de los bomberos, Balea y Vituco cogen la carretera de Vilagarcía, de forma que lo propuesto por el Boss se va al garete. Vamos haciendo camino y Ojea se esfuerza en poner un ritmo sostenible para todos, bajando y subiendo para que todo el personal tuviésemos nuestro momento de protagonismo de cara al vídeo. No obstante, el Gaucho lleva en la cabeza otra cosa y nos va proporcionando algún que otro arreón aquí y allá que son respondidos por Isidro, quien a su vez le devuelve la moneda y el Gaucho le contesta con lo mismo. Manolo, entretanto se afana en explicar que así no se va; -ritmo en la subida y apretar en el llano y en las bajadas, -nos va diciendo-; tarea inútil, es lo mismo que intentar montar a un caballo resabiado. Las cosas se van “mafiando” y Eduardo también nos da de nuestra propia medicina, allá por Leiro; yo no me quedo atrás y jaleado por Alberto sacudo otro (la verdad es que vistas las cosas ya tenía ganas de que el grupo se descompusiera y que cada cual se fuese a su ritmo). Con todo, en los llanos de aproximación a Barrantes, Ojea se pone delante y nos enfila, con lo cual desaparecen los sobresaltos, hasta que al iniciar la subida a la Armenteira, Balea la toma a toda pastilla y cada uno ya sube a su propio ritmo. Por delante, junto a Balea sube Vituco y Rocha, les sigue Tito y el Gaucho, Eduardo, Isidro, Alberto y cerramos Burguiños (falto de entreno y yo, que no puedo con las cuestas). Manolo se queda con nosotros para darnos rueda y le rogamos que se despreocupe, a lo que accede, cosa que le agradecimos. En la subida, a 200 m +/-, vamos viendo lo que acontece. Isidro sufre un momento de desfallecimiento, y es sobrepasado por Ojea y Alberto, a quien le hizo toda la subida. En la rotonda que lleva a La Escusa, Balea y Vituco siguen hacia abajo y se dirigen hacia Xil, según me cuentan. Reagrupamos y comenzamos la subida a la Escusa. Como quiera que el personal se exprimió en el primer tramo, llevamos este otro en grupo sin mayores sobresaltos ya que las fuerzas iban más igualadas, teniendo en cuenta que Burgos y yo hicimos la 1ª subida sin “cascarnos” tanto. Destacar los empujones que Manolo propinó aquí y allá y el sprint que Alberto le metió a Isidro en el alto del campo de Golf para rematarlo y que sin embargo fue contestado por este, ya recuperado de su “flato”. Subrayar el sprint final que tuvo lugar en el alto de la Escusa; Eduardo sale como un rayo, plato en ristre, pero Ojea, en un “pis-pas” sale a por él y le arrebata los puntos de la montaña.
En la bajada, encontramos a los “pros” en la rotonda de la Armenteira, quienes estaban reagrupando, o esa es la impresión que me dió. Al vernos bajar y al grito del Boss: “vinde”, se tiran hacia abajo con nosotros para dirigirnos hacia Dorrón y luego Pontevedra. Con “El Rubio” y un jovencillo al que no conozco intentando escaparse del grupo, algo que no consiguieron, aguantamos hasta la subida de Poio y después de la “rueda de prensa” acompañamos a Josiño hasta Marín para tomarnos allí el café.
Conclusión: Manoliño, no paga a pena que te esforces máis en tentar domar a estes vellos, somos peor que os xuvenís. Entenderás agora algún dos líos que se montan neste grupo e que en máis dalgunha ocasión terás lido por aquí.
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