Salida con los triatletas Nando Huelin Y Ferrito; por cierto que el 1º ganó el triathlon de Poio la pasada semana en su categoría, así que, por tanto, la enhorabuena. A falta de Vituco, reaparecía Berto después de una larga incomparecencia por problemas en su espalda. Échamos de menos a Ventín, con quien contábamos y a Josiño, el cuál a ver si nos dice por dónde anda metido. Decir también que compareció un chaval joven, por lo visto era de Marín y alguien lo remitió al grupo.
Recorrido sin incidencias destacables, hasta el comienzo de la subida a A Estrada llevaron el grupo Huelin, Ferrito y algún que otro relevo de Eduardo, Miguel, Tito y Miguel.
Comenzada la subida salen desde abajo Diego seguido un poco más atrás del ciclista de Marín en tanto que el grupo hace la subida a ritmo, juntándonos en la cima.
Hasta Codeseda la cosa siguió más o menos con la misma dinámica. Yo paro en la fuente y se queda Eduardo conmigo, en tanto los demás siguen despacio, esperándonos. En uno de los repechones camino de Campolameiro se escuchan unas maldiciones de ultratumba, cagándose en todo lo que se menea, por algún que otro acelerón de un miembro del pelotón. En la última subida se van un poco por delante Ferrito (empujador nato), Eduardo, Tito y Diego. Me fijo en que a poco de terminar ese último repecho, Eduardo y Diego ceden un poco, por lo que atisbo que Ferrito se va a tirar como un loco cuesta abajo para que no enlace Eduardo (no sé a qué se debe esa rivalidad que tienen estos chicos”. Llega a la Alameda con Tito Sin ser alcanzados por los "pros".
En la bajada, a la salida de una curva nos topamos a Diego por un lado, la mitad de su casco en medio de la carretera y su bici tirada por otro lado; mientras se dolía del golpetazo repetía: “No me lo puedo creer, no me…” Un perro se cruzó en su camino con las consecuencias descritas. Después de unos minutos seguimos la marcha; Miguel nos dice que él acompaña a Diego y continuamos los 4 que quedábamos. Pasado Campolameiro nos “jaupan” los de las 9:30; Nando se une a ellos (va sobrado este hombre), en tanto que en la subida larga de este tramo al ciclista de Marín le pasan factura los kilómetros y se queda atrás.
De esta guisa llegamos Berto y yo a la Alameda y mientras se celebraba la consabida rueda de prensa habitual llegan Miguel y Diego, quien afortunadamente venía entero.
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