Grupo de las 9:00

Buen día para la práctica del ciclismo a pesar del viento del norte que nos molestó hasta Pontevea. Nos dimos cita en la salida un nutrido grupo de ciclistas, lo cual nos da a entender que estamos recuperando el grupo de las 9:00.únicamente faltó Burgos que hoy estaba en la marcha cicloturista de los Lagos de Covadonga e Isidro; por el contrario vino con nosotros A. Martín y un nuevo compañero, amigo de Miguel_G5, del que no recuerdo su nombre.

Salida accidentada, en el puente del Burgo pincha Nando Huelín; se quedan a ayudarle a reparar A. Martín, Ferrito y Tito; en tanto, los demás nos decimos “vino Dios a vernos” ya que nos permitió subir Cerponzóns a ritmo de marcheta sin que no se nos calentase el “radiador”. Ya con el grupo unificado seguimos ruta en tanto que Toñito con la bicicleta de “repuesto”, ya que la titular tiene un problema con sus bielas Rotor Agilis Evo, no conseguía coger ritmo ya que el cassette que montaba era absolutamente inapropiado para el recorrido de hoy –un 11-30- con unos “saltos” de piñones imposibles. Nos hace saber que en Caldas se va para Cuntis y no conseguimos que desista de la idea.

En la salida de Caldas, nuevo pinchazo de Nando H.; todo el grupo se para para que repare. Nos dice que sigamos, desanimado y que se da la vuelta. Le hacemos desistir de tal cosa y una vez resuelta la incidencia continuamos la marcha.

Hasta Padrón dan la cara Nando, Tito y A. Martín,sobre todo; sólo le entramos al relevo de forma ocasional alguno que otro.

De Padrón a Pontevea seguimos todos juntos y al pasar este lugar decidimos coger hacia La Anllada, todos menos A. Martín y el amigo de Miguel_G5 que siguen hacia la Estrada. Al cabo de un rato divisamos a lo lejos a un grupo de ciclistas y un maillot del Boavila. Apretamos el paso y les alcanzamos, se trataba de Rocha –iba de Notario de la etapa, nos dice-, el otro ciclista, Celso y su “pupilo”, como decís y una chica de la que tampoco
recuerdo el nombre.

Se inicia la subida y Eduardo tensa la misma, alguien dice que la chica pasa apuros; Nando Huelin le dice unas palabras y como por arte de magia, la susodicha coge nuevos bríos y sube con todo el grupo. A unos 70 m. del
cruce de nuevo la voz de alarma: Vituco pincha. Sólo nos quedamos para ayudarle Nando H., Tito y yo. Una vez hecha la reparación nos metemos una serie de cohones; relevos continuos, sin descanso, por encima de los 50 km/h pero no veíamos a nadie de los de delante. Decidimos que si en el cruce de Cuntis-Moraña, no encontrábamos a nadie seguiríamos hacia Moraña, cosa que hacemos. Alcanzamos al grupo.que también vino por Moraña- en el gallinero –ya en la carretera de Caldas- ya no estaban Rocha y Cía. En la subida de Barro alguien pide clemencia, pero Eduardo no la concede, le entra el “ansia” y pone un ritmo duro en la subida de San Vicente, Ferrito se va tras él y más atrás Vituco y yo decidimos intentar cogerlos. En el coll de S. Vicente, Ferro le pega un apretón a Eduardo y le deja unos metros, poco después se vuelven a juntar y Ferro esprinta para coronar el primero.

Vituco y yo cogemos a Ferrito, que ya va esperando, al final de la bajada. Vituco y yo apretamos fuerte para pillar a Eduardo, el cual no cejaba en intentar llegar sólo. Le echamos “el guante” en la farmacia de Lérez y ya tranquilos llegamos a PO. Allí estaba Rocha y al rato llegaba el grueso de
nuestro grupo. Medis 28,5 km/h.

P.D. Vituco me encarga que os diga “Muchas gracias”, ya entenderéis el por qué.