En la salida tan sólo 5 unidades; 4 en bici de montaña (viendo lo que se avecinaba)y tan sólo uno en carretera. Como quiera que un servidor iba al monte, relataré lo acontecido en ese terreno.
El recorrido lo elige Ibáñez y señala el que pasa por encima de Tourón (Pontecaldelas). Todos asentimos y hacia allá salimos. Rafa Córdoba, “O buxo” pone un buen ritmo en el terreno de aproximación, casi todo por carretera; el Dr., no le entra al trapo y pone el suyo propio, lo que hace que vayamos tirando y aflojando. Me doy cuenta de que los dos se conocen al “dedillo” y cada uno juega sus cartas. Cerca de la entrada al monte, en las partes más sinuosas, O Buxo aprieta de lo lindo, sabedor de que lo que viene no es su terreno y trata de castigarnos todo lo que puede para compensar las subidas técnicas que se avecinan y, tal cual…; pié a tierra, sube andando y poco a poco el Doc, con el molinillo puesto le va comiendo terreno y le sobrepasa. Reagrupamos arriba y seguimos juntos hasta un “pilón” que se encuentra en no sé dónde. Nueva subida técnica y “O Buxo” de nuevo a pié. Le digo que Otero le engaña al ponerle un piñón de 28 dientes (no debe venderlos y se los coloca a él) y que debería poner uno de 32. En la vuelta nos pilla la lluvia, mejor dicho el diluvio. Las rápidas bajadas son un castigo para Rafa, va sin gafas ni visera en el casco; las gruesas gotas de agua le castigan los ojos y nos sigue más por instinto y conocedor del camino que por lo que ve. Apretamos todo lo que podemos para llegar lo antes posible dado el torrente que caía y llegamos a PO sin más novedad.
Increíble lo que este hombre de 76 tacos puede llegar hacer; decir aquello de “quitarse el sombrero” sería muy poco para describir la fortaleza de este titán teniendo en cuenta su edad. “Noraboa tío, es increíle”.
Salu2 a tod@s
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